En líneas generales, las prioridades y congruencias entre las regiones ofrecen una tendencia general bastante parecida hacia la consideración de la investigación y su impacto en la sociedad como prioridad extrema, a la par de otros resultados evidentes. La ciencia es una actividad que produce un conjunto de conocimientos. Los científicos intentan explicar los cambios o fenómenos que ocurren en la naturaleza así como también en la sociedad para lo cual formulan hipótesis acerca de porque acontecen de este modo y no de otro. Todo conocimiento científico adquirido genera nuevas preguntas y nuevos problemas. Este renovado e incesante actuar de los científicos en la búsqueda de nuevas ideas y nuevas respuestas es otro aspecto de la ciencia: la investigación científica. Las técnicas son procedimientos específicos a través de los que se actúa sobre la naturaleza, transformándola y haciéndola servir a las necesidades del hombre. Las técnicas actuales están basadas en conocimientos científicos.
Su desarrollo y la producción de nuevos productos, es decir, la tecnología,
han permitido obtener poderosos recursos para dominar el medio en que vive
el hombre. Para entender porque las tecnología es un motor de desarrollo en
una sociedad basta con pensar en algunos ejemplos: la plena utilización de
los recursos naturales proveedores de energía, el descubrimiento de medicamentos
que permiten extender la vida, controlar la enfermedad y disminuir el dolor;
el desarrollo de las comunicaciones y los transportes, que nos permiten comunicarnos
fácilmente con lugares remotos y viajar a ellos en pocas horas.
Dentro del paradigma emergente, la realidad económica social ha determinado
la necesidad de reorganizar las ciencias en un mundo cambiante, desigual y
cada vez mas unido a la producción capitalista de bienes y servicios en la
era de la información. A partir de la última década del siglo XX y principios
del siglo XXI, las sociedades más desarrolladas se enmarcan en lo que se conoce
como sociedades posindustriales, para Lucas y García (2002), estas sociedades
básicamente se caracterizan por los siguientes factores económicos-sociales:
En lo económico, han tenido un incremento en la productividad a partir de
las transformaciones tecnológicas en una primera instancia, y en una segunda
instancia, el impulso de grandes cantidades de capital orientado a la inversión
en tecnología hace que el proceso productivo sea hoy en día más complejo y
científicamente estructurado, donde la investigación y el desarrollo, sean
la base para esta realidad. Dentro de esta misma noción, se evidencia el afianzamiento
de la economía de servicios dejando atrás en importancia, los sectores primarios
y secundarios, según el Banco Mundial, citado por estos autores, para el año
de 1995, la mano de obra de los países considerados de renta alta, se ubica
en el sector servicios con 60% mayor, en comparación con 20% en los países
de renta baja donde predomina la mano de obra en el sector primario. En el
aspecto social, las sociedades posindustriales han ido transformando al trabajo
a tareas no manuales, sino comunicacionales y científicas, donde el trabajador
es visto como relleno de la automatización tecnológica capaz de retroalimentar
las informaciones y datos provenientes de ordenares modernos responsables
de la producción industrial.
Del mismo modo, se evidencia la poca importancia del grupo obrero debido
a la mayor especialización en la diversificación de tareas más dinámicas y
complejas, donde el ideal social, se concentra en la lucha de una mejor posición
en el status social, dejando atrás la contradicción fundamental del capitalismo,
como los es la lucha de clases y la defensa de los derechos de la clase trabajadora.
Estas condiciones del obrero dentro de las organizaciones sociales, hace que
la administración del salario en el régimen capitalista avanzado, progresivamente
tenga menor interés debido a la cobertura más o menos estable de las necesidades
básicas de la población, la baja inflación y la búsqueda de tareas más independientes
y creativas por parte de una clase trabajadora menos preocupada por el trabajo
y más concentrada en el consumo masivo de bienes y servicios que ofrece la
sociedad posindustrial de una vida más cómoda. Esta realidad económica social,
hace que la información pase a constituir el recurso más valioso, su generación,
control y transferencia, constituyen quizás la forma más clara del desarrollo
de una sociedad industrial a una sociedad de conocimiento, donde la tecnología
y los centros organizativos de innovación, constituyen la plataforma para
un mundo más dinámico y desigual. En palabras textuales de la UNESCO (2003),"
la sociedad de la información es un sistema económico y social donde el conocimiento
y la información constituyen fuentes fundamentales de bienestar y progreso"
Bajo esta noción, el carácter sustantivo del desarrollo científico-tecnológico
para el avance social, orienta toda intención para la construcción de políticas
científica-tecnológicas fomentadoras de la ciencia, de la investigación, de
la innovación y la transferencia tecnológica. La ciencia y tecnología hoy
por hoy constituyen el factor más importante para el desarrollo de la sociedad
de conocimiento, para inicios del 2003 el Instituto de estadística de la UNESCO,
realizó una encuesta a 79 países de América, Europa, Africa y Asia con el
objeto de conocer el grado de importancia que le asignan ciertos países a
la necesidad de establecer políticas de ciencia y tecnología. En base a éste
estudio, el 76% de los países encuestados consideran de extrema importancia
la investigación como catalizador del avance social y económico de las regiones,
y que éste tiene un impacto en la sociedad extremamente importante por medio
de la necesaria diseminación y transferencia del conocimiento y la tecnología
en la sociedad. En una visión más específica, el siguiente cuadro ilustra
el grado relativo de importancia dado en torno al uso de políticas de ciencia
y tecnología